La dietilamida de ácido lisérgico, LSD o LSD-25 es una droga psicodélica semisintética de la familia de la ergolina, alucinógena y una de las más potentes que alteran el estado de ánimo.
Fue descubierta en 1938 y se fabrica a partir del ácido lisérgico, que se encuentra en el cornezuelo, un hongo que crece en el centeno y otros granos.
La droga fue utilizada por científicos y psiquiatras para sus experimentos con enfermos esquizofrénicos, pero pronto, en los 50, esta droga pasó al dominio público rápidamente. Tres fueron las razones de este éxito: la primera, su alta actividad; la segunda, la facilidad de disimular un líquido incoloro, inodoro e insípido, como son los preparados de LSD, pudiéndose depositar algunas gotas en terrones de azúcar, agua, papel secante, u otros soportes anodinos pasando inadvertidos; la tercera razón, es la facilidad relativa de su síntesis clandestina, a partir del ácido lisérgico en laboratorios farmacéuticos.
El LSD se vende en tabletas, cápsulas y ocasionalmente en forma líquida, por lo que generalmente se toma por vía oral. A menudo es agregada a un papel absorbente que se divide en pedazos decorativos, cada uno de los cuales equivale a una dosis. Las experiencias, con frecuencia conocidas como "viajes", son de larga duración y típicamente terminan después de unas 12 horas.
Efectos del LSD en el cerebro:
Se observan cambios más drásticos en las sensaciones y sentimientos que en la parte física en las personas bajo la influencia de la LSD. Es posible que el usuario sienta varias emociones diferentes al mismo tiempo o que pase rápidamente de una emoción a otra. Si se toma una dosis suficientemente alta, la droga produce delirio y alucinaciones visuales. El sentido del tiempo y de la identidad propia se alteran. Las sensaciones parecen "entrecruzarse", dando al usuario la impresión de oír los colores y ver los sonidos. Estos cambios pueden ser aterradores, causándole pánico al usuario. Algunas personas tienen pensamientos aterrorizantes y sentimientos de desesperación, tienen miedo de perder el control, de volverse locos o de morir cuando están usando LSD. Los usuarios también pueden tener "flashbacks", sensaciones de "déjà vu" o reviviscencias, es decir, recurrencias alucinatorias de ciertos aspectos de sus experiencias con la droga. Un "flashback" sucede repentinamente, por lo general sin previo aviso, y puede ocurrir desde unos días hasta un año después de haber consumido LSD. En algunas personas, estas reviviscencias pueden persistir y causar gran angustia o deterioro en el funcionamiento social o laboral, lo que se conoce como el trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (HPPD, por sus siglas en inglés). Con el tiempo, la mayoría de los usuarios de LSD disminuyen o dejan su consumo voluntariamente. La LSD no se considera una droga adictiva ya que no produce un comportamiento caracterizado por la búsqueda compulsiva de la droga. Sin embargo, sí produce tolerancia, por lo que algunos usuarios que la usan repetidamente deben tomar dosis cada vez más altas para lograr el mismo nivel de intoxicación que habían logrado previamente. Ésta es una práctica sumamente peligrosa, dado lo impredecible que es la droga. Además, se ha reportado una tolerancia cruzada entre la LSD y otros alucinógenos.
Otros efectos:
Los efectos de la LSD dependen en gran parte de la cantidad que se ha consumido. La LSD dilata las pupilas y puede aumentar la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También puede causar sudoración profusa, pérdida de apetito, dificultad para dormir, sequedad bucal y temblores.
El LSD no se considera una droga adictiva, ya que no causa un comportamiento compulsivo tendiente a la búsqueda de la droga, como sucede con la cocaína, las anfetaminas, la heroína, el alcohol y la nicotina. Sin embargo, al igual que muchas de las drogas adictivas, la LSD produce tolerancia, de manera que algunas personas que usan la droga repetidamente deben tomar dosis cada vez más fuertes para lograr el mismo estado de intoxicación que lograban anteriormente. Dada la naturaleza impredecible de la droga, esta práctica es sumamente peligrosa.
Fuentes: http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/los-alucinogenos-lsd-peyote-psilocibina-y-pcp
http://www.las-drogas.com/lsd
Otros efectos:
Los efectos de la LSD dependen en gran parte de la cantidad que se ha consumido. La LSD dilata las pupilas y puede aumentar la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También puede causar sudoración profusa, pérdida de apetito, dificultad para dormir, sequedad bucal y temblores.
El LSD no se considera una droga adictiva, ya que no causa un comportamiento compulsivo tendiente a la búsqueda de la droga, como sucede con la cocaína, las anfetaminas, la heroína, el alcohol y la nicotina. Sin embargo, al igual que muchas de las drogas adictivas, la LSD produce tolerancia, de manera que algunas personas que usan la droga repetidamente deben tomar dosis cada vez más fuertes para lograr el mismo estado de intoxicación que lograban anteriormente. Dada la naturaleza impredecible de la droga, esta práctica es sumamente peligrosa.
Fuentes: http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/los-alucinogenos-lsd-peyote-psilocibina-y-pcp
http://www.las-drogas.com/lsd
Publicado por: Brisa Ramos